Cuba: Las protestas por el cese del director de Alma Mater revelan un profundo rechazo a la censura burocrática

La destitución de Armando Franco como director de la revista cubana Alma Mater el 26 de abril causó enorme revuelo a todos los niveles. Publicamos aquí tres notas de Jorge Martín, del 27, 28 y 29 de abril, que explican los hechos y su significado.


Cuba: destituido el director de la revista Alma Mater

(27 abril 2022)

A primeras horas de la tarde del 26 de abril se informaba de la destitución del director de la cubana Revista Alma Mater. La decisión ha causado enorme revuelo y conmoción en las redes sociales en la isla y más allá de las redes también.

La nota, muy escueta, de apenas 23 palabras, decía:

“Por decisión del Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, Armando Franco Senén fue liberado de sus funciones como director de la revista.”

El motivo del revuelo causado es porque se ha interpretado universalmente que la decisión es una censura a la línea político-editorial de la redacción que presidía Armando Franco Senén.

Desde el punto de vista formal, la decisión no se podía haber tomado de peor manera. La revista Alma Mater (fundada en 1922 por Julio Antonio Mella) es la revista de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), pero la decisión fue tomada por el Buró de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba – UJC, así como para recordar que nada se hace sin el permiso de las altas instancias.*

La nota que informa de la decisión no dice el motivo de la misma. No trata ni siquiera de ofrecer una justificación. Tampoco trata de explicar si la decisión fue de mutuo acuerdo. Esta opacidad no es casual. Quiere transmitir un mensaje claro: la burocracia es la que manda, el que se salga de la línea tiene que aceptar las consecuencias. En realidad habría que preguntarse ¿sabríamos siquiera de la decisión, sino fuera porque la redacción decidió publicar esa escueta nota en sus redes sociales?.

Algunos han salido en las redes a pedir cautela. No hay que precipitarse, no se puede comentar ni mucho menos criticar sin conocer los motivos, dicen. Bien, pero la pregunta es ¿quién es responsable de que no se conozcan los motivos? Los que tomaron la decisión pero optaron por no ofrecer explicaciones. Es decir, en este caso, el Buró de la UJC.

Ante esta falta de explicaciones es normal, justificado diría yo, interpretar que el cese (de esto se trata a pesar del uso del eufemismo “liberación») de Armando Franco Senén, es una represalia política por la línea editorial de la revista que dirigía hasta ayer.

Alma Mater es una revista que se dirige a la juventud cubana, particularmente la juventud estudiantil. Para llegar a su público potencial, la revista había adoptado un estilo desenfadado e incluso en algunos aspectos crítico con la oficialidad.

Algunos ejemplos. Ya en el número de enero de 2021, después de los acontecimientos de la sentada del 27N y la Tángana de Trillo, Alma Mater preguntaba a varios jóvenes cómo veían el 2021. Entre las respuestas se encontraban estas observaciones bien agudas (énfasis nuestro):

“Prefiero pensar el 2021 como el año de los intentos. Un tiempo en que el optimismo crítico se imponga ante la norma dogmática, ante las soluciones chatas que ofrece el burocratismo ideológico, que funcione como puente de diálogo, y de paso logremos el reentronque, la profundización teórica y práctica del socialismo cubano partiendo siempre de las expectativas de nuestra gente.” (Yosvani Montano)

“Por otro lado, se ha hablado mucho de democracia socialista, y de su profundización. Pero se ha relacionado poco con un proceso que llegará próximamente: la autonomía empresarial. En un escenario social en que las empresas serán más autónomas en sus decisiones, ¿qué grado de participación tendrán los trabajadores en la toma de esas decisiones? La democracia obrera y laboral será una pieza clave de la profundización y el mantenimiento del socialismo en Cuba.” (Iramís Rosique)

El mismo número de la revista publicaba un artículo muy agudo de Fabio E. Fernandez Batista en el que entre otras cosa decía:

“Desde posiciones diversas se modelan diferentes proyectos de nación. Unos anclan en plataformas abiertamente conectadas con los intereses de la gran potencia que no nos soporta. Otros esbozan, generalmente con palabras bellas, los caminos de la restauración capitalista que nos llevarían a la dependencia. Frente a ambas proyecciones se erigen dos respuestas. La anclada a una lectura conservadora del socialismo y la que entiende que solo con la renovación del proyecto será posible vencer los retos actuales. Vale aclarar, desde el inicio, que construyo este texto a partir de los soportes de la última línea definida.

“Esta nueva manera asumir el hacer política en Cuba pasa por la superación de versiones cerradas y dogmáticas del socialismo que aún detentan importantes cuotas de poder. Una estructura burocratizada, ineficiente, conformista y acostumbrada al monólogo no puede comandar la batalla que se dirime en la hora actual. Los temores a reformar nuestro socialismo le hacen el juego a la agresión externa, crean condiciones para el avance de las fuerzas propulsoras del capitalismo y le fallan a la ciudadanía. De manera puntual, resulta apremiante romper con la inercia del campo mediático-informativo, acostumbrado a responder con tardanza y a pelear de riposta. Fallar en el terreno de los medios es entregar las llaves de la casa al enemigo.

“La derrota del socialismo anquilosado ha de conectar con el fortalecimiento de aquellas corrientes que postulan rejuvenecidas maneras de alcanzar el horizonte de emancipación gestado en las coordenadas del marxismo. Hoy coexisten en Cuba tendencias representativas de ese modo otro de encarar la construcción de un proyecto anticapitalista. Están dentro de la institucionalidad, pero sobre todo en diversos ámbitos de la sociedad civil.” (Coordenadas para hoy, Fabio E. Fernández Batista, Alma Mater 592, Enero – Febrero – Marzo 2021)

Los periodistas de Alma Mater estuvieron en las calles durante las protestas y contra-protestas del 11J, incluso uno de ellos fue detenido en las mismas. La revista hizo un intento por catalogar y analizar lo que había sucedido y publicó un extenso reportaje con cinco jóvenes cubanos acerca de los acontecimientos, en el que se vertían opiniones críticas y diversas acerca de los mismos, con una discusión de los motivos que los causaron, la actuación de la policía, etc.

La redacción de la revista se preocupó por la suerte de los estudiantes que habían sido detenidos e incluso entrevistó a varios de ellos en un artículo que se publico con varios meses de retraso, lo que probablemente reflejaba discusiones internas y presiones para que no se publicara. El artículo no gustó ni a unos ni a otros, pero ese ya es otro tema.

Esta línea editorial crítica le generó a Alma Mater todo tipo de ataques. Ya en noviembre de 2021, la revista denunciaba una serie de ataques y calumnias bastante serias se acusaba a la revista de haberse alejado de Mella e incluso de estar más cercana al dictador Machado (!). Claramente, a algunos sectores, estalinistas, de la burocracia, molestaba la línea editorial de la revista. Se acusaba a la redacción de “anexionistas y oportunistas que disfrazan sus discursos como izquierda crítica”. Algunos de los mensajes en las redes exigían justamente una depuración de la redacción.

En realidad, Julio Antonio Mella, fundador del primer Partido Comunista de Cuba, era una persona de ideas firmes y nunca rehuía la polémica ni la crítica. Eso le llevó a todo tipo de enfrentamientos durante su militancia tanto en el PCC como en Partido Comunista de México, incluyendo su expulsión del partido en 1926 a raíz de la huelga de hambre que realizó estando encarcelado. A los que decían que la redacción de Alma Mater no hacía honor a su fundador, muchos respondieron que los que hacían las críticas probablemente hubieran estado con los que expulsaron a Mella.

Los ataques arreciaron de nuevo hace unas semanas, cuando la revista se hizo eco de las burlas en las redes de la publicidad de la empresa alimentaria Prodal. El artículo en sí era inócuo, pero claramente molestó. Como también molestó una nueva sección de la revista que explicaban las diferentes definiciones de palabras comunes, incluyendo las acepciones soeces o populares de las mismas. Ese fue el último aviso, el 11 de abril. En menos de quince días el director fue cesado.

Con estos antecedentes, y teniendo en cuenta la manera en que se anunció la decisión, es imposible no sacar la conclusión de que el motivo de la misma es la censura política fulminante de la línea editorial de Alma Mater por parte de la burocracia.

No hace falta estar de acuerdo con todo lo que la revista publica (por ejemplo el artículo post-11J sobre la economía entrevistaba a economistas que quieren ir más rápido hacia la “liberalización»). Lo que está claro es que la causa del socialismo y de la revolución cubana no se fortalece con decisiones de este tipo, sino todo lo contrario.

La arbitrariedad burocrática, el pensamiento único impuesto desde arriba, no tienen nada de revolucionario y su efecto es el de alienar a un sector creciente de la población, particularmente entre la juventud, de la tarea necesaria de la defensa de la revolución cubana. Y además fortalece a los medios de la contrarrevolución, si la gente no puede leer información veraz ni opiniones críticas en los medios del estado, algunos terminarán leyendo los medios pagados por Washington.

En un país en el que existe el monopolio estatal de la prensa, ésta debe abrir sus puertas a todas las corrientes de opinión dentro de la revolución. Que no se nos diga que la crítica revolucionaria mina la necesaria unidad de revolución cubana ante sus enemigos. Al contrario, la ausencia de crítica, el oficialismo gris y castrante es lo que la mina.

El período de 1959 a 1971 fue quizás el de mayor peligro para la revolución cubana, la invasión de Playa Girón, la crisis de los misiles, etc. Y ese período se caracterizó por las más amplias polémicas y debate de ideas en todos los campos (del arte y la literatura, de la estrategia revolucionaria, de la política económica y de la enseñanza del marxismo, entre otros).

Que no se nos diga que eso no es posible ahora, porque al final lo que sucede es que solamente las opiniones oficiales y las contrarrevolucionarias son las que tienen acceso a los medios (unas en los del estado, otras en los que financia el vecino del norte). Y entre las opiniones oficiales muchas se dedican a promover la propiedad privada, las mypimes, como salida a los desafíos económicos a los que se enfrenta la revolución, o a defender la burocracia, sus errores, y sus privilegios.

Lo que la defensa de la revolución cubana requiere en esta hora de dificultades y peligros es justamente la más amplia discusión y confrontación de ideas. La destitución del director de Alma Mater es por tanto un golpe a la revolución cubana.

Toda nuestra solidaridad con Armando Franco Senén y la redacción de Alma Mater.


* ACLARACIÓN: Algunos compañeros cubanos me cuestionaron la afirmación de que “Alma Mater es la revista de la FEU”. En realidad la cuestión no está totalmente clara. Yo me guié por lo que dice EcuRed en su entrada sobre Alma Mater: “desde su inicio refleja los intereses de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) de Cuba.” y “en 1978 pasó a ser el órgano del Consejo Nacional de la FEU”. En su entrada sobre la FEU, EcuRed también dice que la publicación de la FEU es la Revista Alma Mater. En cualquier caso, la FEU es dirigida por la UJC, Alma Mater es publicada por la Casa Editora Abril que a su vez es la editora de la UJC, por lo tanto la UJC en última instancia sí tiene la autoridad para tomar la decisión acerca de director de Alma Mater. El centro de mi nota no era la cuestión formal, sino la cuestión política, de ahí esta aclaración.


Cuba: ¿qué significan las reacciones a la destitución del director de Alma Mater?

(28 abril 2022)

La destitución de Armando Franco como director de la revista cubana Alma Mater (Revista Alma Mater) el 26 de abril causó enorme revuelo a todos los niveles. Al final del día de ayer hubo dos declaraciones públicas que considero bastante importantes y significativas.

En primer lugar la declaración de Ronquillo Bello, presidente de la Unión de Periodistas y Escritores de Cuba, y subdirector editorial en Juventud Rebelde. La misma empieza así: “Nos entristece, como a tantos colegas y seguidores de Alma Mater, la decisión adoptada con relación a Armandito y la publicación.” Y sigue haciendo una lista de las virtudes de Alma Mater, los premios que ha recibido, etc.

La declaración no dice abiertamente estar en contra de la decisión, pero si manifiesta “tristeza” por la misma. Pero quizás el núcleo central de la misma es este: “Las búsquedas pueden conducir a errores y estos basta ventilarlos, como siempre aconseja Raúl Castro, cuyas ideas acaban de condensarse y presentarse en un texto tremendo, mirándonos a los ojos y hablándonos con sinceridad. Ese es el nuevo modelo de prensa que se defiende desde la Upec, con el apoyo decidido y público del Partido Comunista, que acaba de expresarse en el Pleno que terminó este miércoles.”

En mi opinión esto es una respuesta a los que quieren, temen o auguran que el cese del director de Alma Mater marque el inicio de un nuevo Quinquenio Gris de represión estalinista. El presidente de la UPEC se posiciona claramente en contra, pero además afirma que esa postura tiene “el apoyo del Partido”.

Para reforzar ese punto, la nota de Ronquillo se ilustra con el tuit de Enrique Villuendas Callejas, funcionario del Departamento Ideológico del CC del PCC, y responsable de medios de comunicación, emitido en horas de la noche del día de ayer. El tuit dice lo siguiente:

“Me reuní con Armando Franco Senén, periodista joven y talentoso, quien tiene mucho que aportar. Escuché sus preocupaciones sobre la @AlmaMater_Rev, y le ratifiqué la voluntad del @PartidoPCC de atenderlas.»

El tuit de Villuendas fue después replicado por la cuenta oficial del PCC que añadió este comentario:

“#Cuba @DiazCanelB llamó hoy a articular emociones, inteligencia, con acciones que revolucionen nuestro desempeño, sin perder el entusiasmo y el optimismo revolucionario, sin permitir el reblandecimiento del espíritu, conscientes de que necesitamos esfuerzos y entrega. Coherencia»

Aunque es más difícil entender el significado del comentario emitido por el PCC, el mensaje de Villuendas es claro: Armando Franco es talentoso, tiene quejas y las vamos a escuchar. Veremos en qué queda.

Ya en la madrugada del 28 de abril se pronunció Gerardo, uno de los Cinco Héroes, que es ahora Coordinador Nacional de los CDRs y miembro del CC del Partido y del Consejo de Estado. Su tuit dice:

“Para un buen soldado no es tan importante la trinchera en la que combate, como saber bien por qué y contra quién lucha. Me atrevo a asegurar que Armandito y su equipo de valiosos jóvenes nunca han tenido dudas al respecto. Es todo lo que sé, y todo lo que opino. #Cuba #AlmaMater”

Aquí lo importante es que una figura muy destacada de la revolución sale a defender la moral revolucionaria no solo de Armando Franco sino del equipo de Alma Mater, justamente cuando acaba de ser cesado de su puesto por motivos políticos.

¿Cómo interpretar todo esto?

En primer lugar, a mi no me cabe duda que la destitución del director de Alma Mater fue una decisión política de censura a la línea editorial crítica de la revista. Durante meses se la había atacado de manera estridente en las redes y probablemente ante las instancias. Finalmente esa campaña se saldó con la decisión de la UJC de cesarle del puesto.

Pero la cosa no es tan sencilla. La revolución cubana vive un momento muy delicado, que ha generado muchos debates internos. Se enfrenta a una aguda crisis económica, cuyas causas son múltiples: el bloqueo imperialista por encima de todo; la pandemia y su impacto económico en el comercio mundial, los precios y el turismo; pero también la gestión burocrática de la economía, y el impacto negativo de las medidas del Ordenamiento y de otras de apertura al “mercado”.

Todo esto mina la legitimidad de la dirigencia cubana. Los elementos contrarrevolucionarios, pagados por Washington, aprovechan estas dificultades para agudizar las contradicciones, tratar de generar un movimiento de masas contra la revolución. Así lo vimos con el Movimiento San Isidro, el 11J y el 15N que no fue. Estos elementos existen, y manejan mucho dinero. Pero no podemos cerrar los ojos al hecho de que el terreno ahora es más favorable a su actividad, está más abonado. El 11J no ocurrió hace 10 ni 15 años, sino ahora.

Ante esta situación se ha abierto un amplio debate dentro de las filas de la revolución. Algunos ven con temor que el proceso de cambios en la economía conduzca hacia la restauración del capitalismo. Eso lo vimos durante el debate sobre la Constitución. Las referencias al comunismo que se habían eliminado del borrador inicial volvieron a aparecer en el texto final después de numerosas propuestas.

Otro sector, que podríamos llamar estalinista, quiere lidiar con la discusión por el viejo método de acusar a todo el que critica de contrarrevolucionario, centrista, socialdemócrata, etc. y utilizar métodos administrativos de censura y represión. Es cierto que algunos de los críticos son socialdemócratas y por lo tanto contrarrevolucionarios. Conozco personalmente muchos casos de compañeros que empiezan con críticas a la burocracia y terminan abiertamente en el campo de la contrarrevolución en Cuba e internacionalmente. Pero eso no quiere decir que todos los críticos lo sean.

Hay un sector claramente que plantea que para defender la revolución es necesario hacer una serie de cambios, critican el burocratismo y hablan incluso de democracia obrera. No se les puede acusar de contrarrevolucionarios de ninguna manera, pero son también objeto de la fúria verbal y las represalias en algunos casos, por parte de la burocracia y los estalinistas.

Este sector se puede encontrar por ejemplo en los colectivos que impulsaron la Tángana de Trillo a final de 2020 y que luego fueron más o menos los mismos que lanzaron el movimiento de Los Pañuelos Rojos en noviembre de 2021.

¿Cual ha sido la respuesta de la dirigencia cubana ante este sector? Yo diría que por lo general, el presidente Díaz-Canel, sobretodo después del 11J ha tratado de mostrar una imágen de apertura, de escuchar, de bajar a las bases. Cuando los Pañuelos Rojos organizaron su sentada, se presentó a compartir con ellos, dándoles un espaldarazo público.

Después de la sentada de los Pañuelos Rojos tuvimos el evento de La Comuna, en febrero de este año que terminó con una declaración conjunta de colaboración entre las organizaciones oficiales (UJC, FEU, FEEM, etc) y las organizaciones que han tratado de impulsar la organización y el debate de la juventud revolucionaria por fuera de las mismas (muchas de las cuales impulsaron los Pañuelos Rojos).

Eso se puede interpretar de muchas maneras, claro, incluyendo como un intento de las organizaciones oficiales de cooptar a los críticos. En cualquier caso, lo que no sucedió fue que la burocracia aplastara a los críticos.

Sin embargo, posteriormente, durante la celebración del 8M, en la Habana algunos cuestionaron si los Pañuelos Rojos tenían permiso para su actividad.

En resúmen, lo que podemos ver son señales contradictorias. La destitución de Armando Franco apunta en una dirección. La reunión de la Comuna en la contraria.

También hay que señalar que la respuesta de Villuendas se produjo al final del día, después, y yo diría que por lo menos parcialmente como consecuencia, de las protestas que la decisión del cese del director de Alma Mater había provocado durante todo el día.

En mi opinión eso revela profundas divisiones en el seno de la burocracia y de las estructuras, con diferentes grupos cada uno pujando en una dirección.

Estas diferencias en cuanto a la cuestión de la forma política, se repiten también en el terreno de la política económica. Algunos abogan abiertamente por medidas que llevan a la restauración del capitalismo, algunas de las cuales ya se están aplicando. Otros, sin oponerse a la necesidad de este tipo de medidas, quieren poner líneas rojas, límites claros de hasta dónde se puede llegar, por ejemplo mantener el monopolio del comercio exterior. Finalmente otros plantean la necesidad de la democracia obrera.

En estos debates, importantes y cruciales para el futuro de la revolución cubana, la Corriente Marxista Internacional ha tomado, desde hace años, una posición clara:

– contra el bloqueo y la agresión imperialista

– en defensa incondicional de la revolución cubana y sus conquistas, que se asientan sobre la propiedad estatal de los medios de producción

– por el internacionalismo proletario como única manera de romper el aislamiento de la revolución

– contra la restauración capitalista, venga de donde venga, contra la “vía china o vietnamita”

– contra los cantos de sirena de la socialdemocracia, que no es más que otra cara de la contrarrevolución

– contra las medidas que aumentan las desigualdades sociales

– contra los privilegios de la burocracia

– por la libre discusión de ideas de todos los que defienden la revolución, incluyendo el acceso a los medios de comunicación del estado

– contra las arbitrariedades, las imposiciones y la represión burocrática que mina la revolución – por la democracia obrera y el control obrero


Cuba: Las protestas por el cese del director de Alma Mater revelan un profundo rechazo a la censura burocrática

(29 abril 2022)

Se cierra, por el momento, la saga del cese del director de la Revista Alma Mater Armando Franco Senén por parte del buró nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba – UJC.

Recordemos que el 26 de abril saltaba la notícia de su cese («liberación del cargo») por una nota que el equipo editorial de Alma Mater publicó en las redes sociales de la revista.

La decisión era vista de manera generalizada como una censura política de la línea editorial de la revista, que había dado cabida a voces críticas y había tratado de informar de y analizar las protestas  y contra-protestas del 11J del año pasado.

El ceso provocó una fuerte reacción contraria desde dentro de la revolución cubana, particularmente entre jóvenes y también entre periodistas a todos los niveles. Tal fue el nivel de rechazo que ya al final del día 27, el Departamento Ideológico del PCC se reunió con Armando y mandó el mensaje de que se estaba resolviendo el problema.

Al día siguiente, la secretaria de la UJC Aylin Álvarez clarificaba que el cese de Armando «nada tiene que ver con una expulsión o sanción,» y explicaba el mismo como parte de un «proceso de renovación natural» en el que se había «propuesto integrarlo a otro proyecto comunicacional».

Esta explicación en realidad no explicaba nada. En primer lugar ¿por qué el equipo de AM se había sentido en la obligación de publicar la nota acerca del cese, si no se trataba más que de un proceso de «renovación natural»? ¿Por qué 24h de silencio por parte de los dirigentes de la UJC y el Departamento Ideológico, cuando las redes denunciaban el cese como censura? Finalmente, si es cierto que a Armandito lo cambiaron a otro puesto ¿por qué no se dice cual es el puesto?.

Esa «explicación» en realidad no satisifizo a nadie ni logró acallar las protestas y comunicados en defensa de la integridad revolucionaria de Armando (incluyendo el del presidente de la UPEC y muy significativamente el de Gerardo Norberto, coordinador nacional de los CDR).

Mientras, los dinosaurios estalinistas que se hacen llamar manigüeros seguían disparando contra Alma Mater y su equipo editorial de «tendencias hacia la banalidad, el todo vale ideológico, la vulgaridad, el choteo y, sobre todo, una actitud de arrogancia de quienes ejercen la crítica constante». Por lo menos hay que decir que los compañeros de la Manigua son honestos y no se andan con rodeas, expresan sus opiniones de frente. Para ellos era necesario el cese de Armando por motivos políticos.

Finalmente, se produjo una reunión de la secretaria de la UJC y el jefe del Departamento Ideológico del Partido, Rogelio Polanco, con el cesado Armando Franco. El resultado fue la nota de Aylin Alvarez en la que se reconocía «lo inadecuado de algunas acciones hacia él y el colectivo de Alma Mater» y se prometía «depurar responsabilidades». Además se hacía un «reconocimiento al trabajo y resultados alcanzados por el colectivo de Alma Máter». Seguía sin mencionarse cual era ese misterioso puesto al que se le iba a destinar. La nota iba ilustrada con una foto de Aylin y Armando ambos sonrientes y enlazados.

En resúmen, el caso del cese del director de Alma Mater lo que revela es un conflicto soterrado entre diferentes corrientes dentro de la revolución (como expliqué en el artículo de ayer). En este caso el sector que podríamos llamar estalinista logró su objetivo, sacar de su cargo al director de Alma Mater que se había atrevido a dar voz a críticos de la burocracia, pero la enorme reacción contraria y de protesta desde dentro de la Revolución les obligó a reunirse con Armando Franco y reconocer públicamente su labor.

Algunos han hecho en los últimos días comparaciones con el Quinquenio Gris (que se inició en 1971 y duró más de 5 años), de represión burocrática y estalinista en el terreno de las artes, el periodismo, la literatura, el marxismo y el debate revolucionario en general.

En aquél entonces, por ejemplo, se cerró el Departamento de Filosofía de la Universidad de la Habana (el centro del combate contra los manuales soviéticos de «marxismo-leninismo») y se clausuró su revista Pensamiento Crítico. A los afectados se les vetó publicar, a algunos durante décadas. Algunos fueron enviados a ocupar oscuros cargos en provincias remotas, los que no fueron parametrados.

La memoria del rechazo a aquél periodo es fuerte y ya provocó la llamada «guerrita de los emails» en 2007, como rechazo a la rehabilitación pública del censor en jefe Pavón.

Los acontecimientos de los últimos días por lo tanto, revelan la lucha interna de tendencias dentro de la revolución cubana, pero también la vitalidad y fuerza del rechazo a los métodos burocráticos, y un sentimiento profundo de que el debate, dentro de la revolución, es necesario e indispensable.

Claro, al final, Armando sigue cesado del cargo y es muy difícil que vaya a volver al mismo. Pero no se fue sin dar la batalla. El partido terminó en empate.

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