
Declaración de los Comunistas Revolucionarios de América
El gobierno de Estados Unidos ha anunciado el envío de alrededor de 4,000 soldados cerca de la costa de Venezuela.
El 14 de agosto de 2025, el Secretario de estado estadounidense, Marco Rubio, confirmó que se han enviado fuerzas náuticas y aéreas estadounidenses cerca de aguas venezolanas. Los Comunistas Revolucionarios de América y la ICR se oponen firme e inequívocamente contra este acto flagrante de agresión imperialista.
Según Venezuelanalysis:
Los marineros y marines estadounidenses desplegados están asignados al Grupo Anfibio de Respuesta Rápida (ARG) Iwo Jima (IWO) y a la 22.ª Unidad Expedicionaria de Marines (MEU) con Capacidad para Operaciones Especiales (SOC). Ambas unidades están entrenadas y equipadas para llevar a cabo misiones rápidas en todo el mundo con el fin de cumplir los objetivos estratégicos de Estados Unidos. No son unidades antinarcóticas. Según los medios de comunicación estadounidenses, la administración Trump también ha asignado tres destructores de la Armada, un submarino de ataque de propulsión nuclear y un crucero lanzamisiles, entre otros recursos, al Comando Sur de Estados Unidos.
Marco Rubio declaró que Estados Unidos envió estas fuerzas para combatir a los cárteles de la droga, concretamente al “Cártel de los Soles”, que fue designado como “organización terrorista extranjera”. Rubio también afirmó que Estados Unidos no reconoce al gobierno de Maduro en Venezuela y lo calificó de “empresa criminal”. Todas estas acciones forman parte de las políticas generales de la administración Trump para autorizar el uso de fuerzas militares en América Latina con el pretexto de “luchar contra las drogas”. El gobierno de Estados Unidos también ha afirmado que ha confiscado 700 millones de dólares en bienes pertenecientes al presidente Maduro y ha puesto una recompensa de 50 millones de dólares por su captura, alegando que “dirige y lidera” un cartel.
¡Esto es totalmente escandaloso! Por más de medio siglo, el propio imperialismo estadounidense ha apoyado, armado y financiado a organizaciones paramilitares de derecha y narcotraficantes en toda la región para reprimir brutalmente a los movimientos obreros, campesinos y estudiantiles. En todos los lugares en los que ha intervenido, desde Afganistán hasta América Latina, el gobierno de Estados Unidos se ha aliado con los elementos más criminales para defender sus intereses imperialistas.
El narcotráfico como pretexto para justificar la agresión imperialista
Trump está utilizando la excusa de la “lucha contra el narcotráfico” como pretexto para justificar sus acciones imperialistas en América Latina, región que Estados Unidos considera “su patio trasero”. Desde la Doctrina Monroe, la clase dominante estadounidense se ha otorgado a sí misma el derecho exclusivo de saquear y explotar a América Latina. A medida que el imperialismo chino aumenta su influencia comercial y sus inversiones en América Latina, el imperialismo estadounidense, en declive relativo, siente que su rival imperialista está alcanzándolo. A esto se suma la gran riqueza petrolera de Venezuela.
Trump ha intentado utilizar los aranceles para someter a los gobiernos latinoamericanos que se han acercado a China. Ahora, está añadiendo presión militar y amenazas beligerantes como herramientas adicionales para cumplir sus objetivos imperialistas. Sin embargo, esto no funcionará a largo plazo para la clase dominante estadounidense. En la clase trabajadora estadounidense existe un profundo sentimiento antiguerra. Una de las promesas de campaña de Trump fue poner fin a las “guerras interminables”. La oposición masiva contra el imperialismo estadounidense está creciendo. Si esto se convierte en un enfrentamiento militar real, la popularidad de Trump, que ya está en declive, disminuirá aún más. Incluso Trump y Rubio deberían entenderlo.
Trump está utilizando cínicamente la epidemia de drogas en Estados Unidos para justificar la agresión imperialista. Pero la causa fundamental de la epidemia de drogas no son los cárteles de la droga al sur de la frontera estadounidense, sino la pesadilla que supone vivir bajo el capitalismo. Durante los últimos 50 años, mientras los capitalistas se han enriquecido, las condiciones de vida de la clase trabajadora estadounidense han empeorado drásticamente. Esta es la verdadera razón tras el aumento de la adicción y las muertes por sobredosis. Han desaparecido los empleos, especialmente aquellos que pagan el salario medio. Esto ha empujado a capas más amplias de la población a la pobreza y al desempleo. Las grandes farmacéuticas han ganado miles de millones enganchando a los estadounidenses a los opioides, especialmente en las zonas del “cinturón industrial”, donde se han deslocalizado la mayoría de los empleos.
¿Sorprende que tantos problemas sociales relacionados con las drogas se den en los estados del “cinturón industrial”? Trump ha prometido un renacimiento de la industria manufacturera estadounidense, pero eso no va a suceder. Si se produjera, los empresarios del sector buscarían mano de obra barata. La cara interna de la guerra de Trump contra las drogas en América Latina sirve para distraer la atención de sus políticas de recortes a Medicaid y Medicare, que en última instancia agravan los problemas de la lucha contra la adicción.
¡Fuera con las tropas yanquis!
El traslado de las fuerzas armadas estadounidenses hacia el Caribe, América Central y América del Sur no sirve a los intereses de la clase trabajadora estadounidense. El gobierno de Venezuela es un asunto que le corresponde al pueblo venezolano, no al gobierno estadounidense.
La clase trabajadora de Estados Unidos tiene que unirse a los trabajadores y las masas pobres de toda América Latina para oponerse al gobierno estadounidense y exigir que se larguen todas las fuerzas militares yanquis y se cierren las bases estadounidenses en toda la región. Hay que recortar el presupuesto militar y usar ese dinero para restaurar los recortes a Medicare y Medicaid.
Si estalla la guerra, la clase trabajadora estadounidense debe luchar codo a codo con los trabajadores al sur de la frontera. El gobierno estadounidense es enemigo de los trabajadores tanto en Estados Unidos como en el extranjero. Si se unen, los trabajadores pueden derrotar al imperialismo estadounidense y luchar por una federación socialista de América del Norte, Central y del Sur.
¡Fuera todas las tropas yanquis! ¡Que cierren las bases militares!
¡Que recorten el presupuesto militar y destinen ese dinero a los servicios sociales!
¡Manos fuera de Venezuela!
¡Abajo el imperialismo estadounidense!
¡Por una federación socialista de América del Norte, Central y del Sur!