
El domingo 30 de noviembre se celebrarán las elecciones hondureñas. La carrera presidencial está llena de las tensiones de la crisis política del país, el narcotráfico, escándalos y corrupción.
Las encuestas parecen favorables para Rixi Moncada, candidata del Partido Libre, el actual partido de gobierno. Le sigue Tito Asfura, el empresario y ex alcalde conservador de Tegucigalpa (del Partido Nacional) y Salvador Nasralla, un derechista del Partido Liberal, en tercer lugar.
“La democracia está en tela de juicio”
Las tensiones entre la administración de Trump y Maduro aumentan y se manifiestan en toda la región. Desde movilizaciones de tropas en el Caribe hasta respaldo a candidatos presidenciales.
El miércoles Donald Trump vía Truth Social le dió su pleno apoyo a Tito Asfura, diciendo: “La democracia está en tela de juicio en el hermoso país de Honduras el 30 de noviembre”.
En su declaración Trump propone que Asfura es el único candidato que va a combatir el narcotráfico, el comunismo, y a su enemigo Nicolás Maduro:
“¿Maduro y sus narcoterroristas se apoderarán de otro país como lo han hecho con Cuba, Nicaragua y Venezuela?”
Trump acusó a la candidata Rixi Moncada de comunista y cómplice del narcoterrorismo, y dijo que la candidatura de Nasralla es una maniobra de los “comunistas” para dividir el voto a Asfura.
El mensaje de Trump ha agitado el polarizado ambiente político en Honduras, causando miedo a las represalias económicas, como lo ha hecho con otros países en la región.
Además de la intervención extranjera en las elecciones hondureñas, se han filtrado audios entre varios empresarios y Cosette López, consejera del Partido Liberal, y otros funcionarios en los que se negocian millones para desconocer los resultados electorales en caso de la victoria de Rixi Moncada.
El plan involucra usar una laguna judicial para nombrar a Nasralla como presidente. En el audio más viral López rechaza una oferta que es diez veces más que el salario anual promedio en Honduras diciendo “con eso no se hace nada”.
La larga sombra de la intervención imperialista de EEUU
Esta no es la primera vez que el imperialismo estadounidense se involucra en la política hondureña. En 2009 un golpe militar apoyado por los EEUU derrocó el gobierno progresista de Manuel Zelaya (esposo de la actual presidenta Xiomara Castro), aplastando la valiente movilización de las masas hondureñas instalando por 13 años los gobiernos reaccionario e ilegítimos de Micheletti, Lobo y Juan Orlando Hernández (del Partido Nacional).
En 2017 JOH cometió fraude para ser reelecto como presidente, la represión de su gobierno tras la crisis electoral dejó 31 muertos. Fue posteriormente extraditado a EEUU y condenado por tráfico de drogas y sentenciado a 45 años de cárcel. No deja de ser irónico que Trump acuse a la candidata de Libre de narcotraficante (sin ninguna prueba) mientras apoya al candidato del Partido Nacional cuyo anterior presidente está en la cárcel justamente por ese delito.
El movimiento Libre, de Manuel Zelaya, Xiomara Castro y la candidata Rixi Moncada, ha sido el vehículo a través del que las masas de trabajadores y pobres del país centroamericano han irrumpido en la vida política, rompiendo décadas de bipartidismo de los partidos Liberal y Nacional.
Honduras sigue siendo uno de los países más pobres de América Latina, con un 60% de la población por debajo del nivel de la pobreza. Pero no todos son pobres en Honduras. El país se caracteriza por una enorme concentración de la riqueza en manos de la parasitaria y apátrida oligarquía. Apenas diez familias controlan 25 grandes grupos económicos que poseen activos equivalentes al 80% del PIB.
La pobreza empuja a cientos de miles a migrar en busca de un futuro para sus familias. Honduras es el segundo mayor país de orígen de migrantes hacia Estados Unidos. La migración creció 86% entre 2015 y 2023, hasta un total de 1,2 millones de hondureños que viven en EEUU. Las remesas representan un 27% del PIB.
Las políticas anti migratorias de Trump han golpeado duramente a Honduras, obligando a decenas de miles a regresar a su país de orígen donde les espera la pobreza y la inseguridad.
Las políticas de inversión social de Xiomara Castro, apenas han hecho mella en los graves problemas que enfrentan las masas obreras y pobres del país. La realidad es que dentro de los límites del capitalismo el márgen para mejoras para la mayoría es bien limitado. Para resolver las necesidades acuciantes de la mayoría de la población no basta con ganar las elecciones sino que sería necesario quitarle el poder económico a las 10 familias que controlan la riqueza.
