Estamos ya a una semana del tarifazo introducido de manera sorpresiva y repentina por Etecsa, la empresa cubana de telecomunicaciones, el viernes 31 de mayo, y el descontento no cesa. A la cabeza de la protesta contra el aumento drástico del precio de las tarifas de telefonía celular están los estudiantes, que se han reunido en asambleas, han sacado comunicados y en algunos casos han llamado a paro docente. Como no podía ser de otra manera en una isla que se atrevió a abolir el capitalismo a apenas 90 millas náuticas de ogro imperialista, la contrarrevolución ha tratado de utilizar el descontento para llevar el agua a su molino. Hasta el momento, no lo ha conseguido.
Como ya explicamos un artículo anterior Cuba: el tarifazo de ETECSA, la burocracia y el avance de la restauración capitalista (https://americasocialista.org/cuba-el-tarifazo-de-etecsa-la-burocracia-y-el-avance-de-la-restauracion-capitalista/) la medida significa un aumento muy significativo del precio del paquete de datos para navegación una vez superado el segmento inicial de 6GB. Teniendo en cuenta que según datos de la propia empresa el consumo medio de los cubanos es de 9GB al mes, el tarifazo afecta a una gran cantidad de los usuarios.
¿Por qué han sido los estudiantes los que se han puesto al frente de la protesta? En primer lugar porque los estudiantes son de los más afectados por la medida. Muchos de sus libros de texto y tutoriales necesarios para sus estudios están disponibles solamente en formato digital y en línea. Pero además, los estudiantes tienen la ventaja de estar concentrados en número en sus facultades, pueden conversar entre ellos, compartir y conversar y tomar decisiones colectivas. En la mayoría de los casos han usado las organizaciones oficiales de la FEU (Federación de Estudiantes Universitarios) de base, en cada facultad, para expresar su descontento. Los equipos directivos a este nivel están más directamente en contacto con el común de los estudiantes y bajo su presión.
De ahí salió un primer comunicado, el 1 de junio, firmado por la FEU de cinco facultades e Institutos de la Universidad de la Habana, en el que se expresaba de manera firme el rechazo al tarifazo de Etecsa y proponían una rectificación por parte de la empresa. El lenguaje era bien diplomático, pero el contenido contundente (ver https://www.instagram.com/p/DKTjPYNtbUF/ ).
Ese comunicado tuvo el efecto de romper el hielo y animar a grupos de estudiantes en otras facultades y en otras universidades a sumarse al coro de protesta, en algunos casos a través de sus FEU a nivel de facultad o, si las estructuras no respondían, como colectivos de estudiantes de curso o de carrera.
El intento de directivos de la empresa Etecsa de ofrecer una explicación el 2 de junio en el programa Mesa Redonda de la TV cubana fue totalmente contraproducente y no hizo sino soliviantar todavía más los ánimos de los estudiantes. Así se expresaba un comunicado conjunto del Consejo de la FEU y también del Comité de la UJC de la Universidad Tecnológica de La Habana «José Antonio Echeverría» CUJAE, el 3 de junio (ver: https://t.me/AlmaCujae/2068) Este comunicado era además bien significativo por estar firmado no solo por la FEU sino también oficialmente por el comité de la UJC de toda la universidad.
Incluso más radical era el comunicado que circuló, firmado por la FEU de la Facultad de Matemáticas y Computación, que llamaba a la no asistencia a clases y llamaba al profesorado universitario a “sumarse a la causa”. El comunicado de la FEU MatCom se expresa de manera muy aguda, exigiendo “la revocación de las medidas”, “la realización de un encuentro abierto de los estudiantes con los principales responsables de las medidas” y además “la participación conjunta en la propuesta de solución de todos los sectores de la sociedad afectados”.
Termina el comunicado con una declaración clara de sus demandas “están enfocadas en una sociedad con todos y por el bien de todos”, – la consigna martiana que se identifica con la revolución cubana.
Así, el movimiento de protesta no solo cuestiona la medida en sí que se ha tomado, que se identifica con el aumento de las desigualdades desde el Ordenamiento monetario de 2020, sino también la forma en que se toman las decisiones (de manera burocrática, a espaldas del pueblo y sin tener en cuenta los intereses de los afectados), y además se exige la participación directa de los afectados en la elaboración de soluciones. Aunque no se diga explícitamente, este comunicado, y otros posteriores, contienen un ataque directo a la línea de flotación de la burocracia y sus métodos.
Claro, esto es Cuba, una isla que se atrevió a hacer una revolución y abolir el capitalismo a apenas 90 millas de distancia de la mayor y más reaccionaria potencia imperialista del planeta que ha estado empeñada durante 65 años en tratar de poner fin a tamaño desafío. Inmediatamente, todas las redes de la gusanera, que son muchas, muy poderosas y bien financiadas, se pusieron en marcha para tratar de llevar el agua del descontento a su molino contrarrevolucionario.
Comentaba Iramís Rosique, uno de los editores del blog revolucionario cubao La Tizza: “Es una tragedia tremenda que no pueda darse ningún proceso político en Cuba sin el oportunismo de la injerencia externa que lo enrarece todo.”
Así surgieron todo tipo de comunicados falsos de grupos de estudiantes y de universidades de todo el país, para tratar de dar la idea que se estaba gestando un movimiento masivo, preludio de un levantamiento contra el gobierno y contra la revolución cubana.
Si acaso eso tuvo el efecto de enfriar un poco el movimiento, de hacerlo más cauto para evitar su manipulación. Estas declaraciones exageradas y alarmistas fueron también usadaos por la burocracia para tratar de polarizar la situación sobre el eje gobierno vs contrarrevolución, y desviar la atención del tema central que es en realidad de los estudiantes y sectores amplios de la población contra la decisión de una empresa gubernamental.
Hasta donde he podido comprobar la no asistencia a clases que convocaba la FEU MatCom tuvo un impacto limitado y tampoco se extendió de manera generalizada a otras facultades y universidades.
Pero eso no quiere decir que el descontento haya cesado ni amainado. Las concesiones limitadas anunciadas por Etecsa, si es que se pueden llamar así, han sido rechazadas en numerosos comunicados y no han satisfecho realmente el clamor de la protesta.
Así, los profesores del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la UH se pronunciaron el 4 de junio que además de manifestar inconformidad con el tarifazo, exigían “un proceso de consulta transparente y participativo con la ciudadanía”, “la activación de mecanismos institucionales de participación, para que más allá de la representación formal cualquier decisión y comunicado que se emita parta del consenso de la mayoría.” y “un pronunciamiento público de la alta dirección del país”, y además señalaban “nuestras preocupaciones con el tratamiento político que se le ha dado a la inconformidad manifestada por nuestra población y en particular por nuestro estudiantado, quienes no nos son ajenos y tienen reclamos justos.” (ver https://www.facebook.com/photo/?fbid=694518913321116).
De nuevo vemos aquí de manera clara una exigencia de participación efectiva de la población en la gestión de los asuntos comunes, lo que representa una crítica directa al carácter burocrático del régimen político. La declaración de los profesores de Sociología de la UH también terminaba con un deslinde claro respecto a la contrarrevolucion: “No permitiremos que se use nuestra postura para intereses ajenos a nuestro posicionamiento revolucionario.”
Un comunicado del Consejo Ampliado de la FEU – Facultad de Biología de la UH del mismo 4 de junio expresaba su solidaridad con los estudiantes de MatCom, y añadía los siguientes puntos, entre ellos el “desacuerdo con la postura adoptada por el presidente nacional de la FEU, quien no representa fielmente nuestras opiniones ni refleja la voz de nuestra comunidad estudiantil” (otros han ido más lejos y han exigido su renuncia).
Los estudiantes además rechazaban el intento de crear una amalgama identificando sus reclamos con la contrarrevolución: “Nuestra opinión surge de la Federación Estudiantil Universitaria de la Facultad de Biología y no está influenciada ni manipulada por agentes externos a nuestra organización por lo que denunciamos las declaraciones difundidas en medios oficiales que califican nuestros comunicados como falsos o financiados por el extranjero, cuando constituyen la reunión auténtica de los pensamientos críticos y el compromiso social de los estudiantes de cada facultad”. (ver: https://www.facebook.com/ReclamoUniversitario/posts/pfbid04K26QA4npwty3RCBGEBcyocaPgAA8FzsVELEdfS8bB2FFedWZr9s5JLy1o763wwyl)
En un comunicado del 5 de junio, la FEU de la Facultad de Psicología de la UH cuestiona directamente a la dirección de la FEU de la UH (por “la ausencia de portavocía de los intereses del estudiantado universitario por el cual fueron electos al ejercicio del rol”) y exigen “la renuncia inmediata de la directiva de la FEU nacional “debido a la incapacidad demostrada para representar a los estudiantes”. La FEU de Psicología anuncia la “firme intención de unificar las facultades que comprenden la Universidad de La Habana” y solicita “un espacio público de intercambio, no solo para los representantes de los Consejos FEU correspondientes a cada facultad sino para el estudiantado en su totalidad”, para que los “los protagonistas reales sean los estudiantes”.
También advierten de la legitimidad de la protesta y contra cualquier tipo de represión: “Reconociendo la legitimidad de las distintas vías de acción tomadas hasta el momento por las facultades, sostenemos nuestra inaceptabilidad ante las posibles sanciones o represalias hacia ningún estudiante o docente de nuestra Universidad de La Habana” (ver: https://www.facebook.com/FEUpsicologia/posts/pfbid02iM4eTJ6J91uUVhff7QcUuFNpMLGsVd1hm3KfvBs6ZEswH7jiQqaxbUwJkWoCzubml)
Hay numerosos comunicados, todos en la misma línea general, de varias universidades de todo el país, aunque es claro que el movimiento ha empezado y es más fuerte en La Habana.
Aquí una estudiante de la UH argumento los motivos para oponerse al tarifazo y la necesidad de movilizarse mediante la no asistencia a clases: https://www.facebook.com/jorge.martin.1917/videos/1409790826876365/
Esta protesta, además de responder de manera directa al tarifazo aplicado por Etecsa, refleja un malestar económico y político mucho más profundo que se ha venido acumulando.
Por una parte se puede ver un rechazo a las consecuencias del proceso de restauración capitalista y las medidas de mercado que se han venido tomando de manera más rápida en los últimos cinco años y que han abierto una brecha social importante en la sociedad cubana que antes no existía o no se expresaba de manera tan aguda. Hay sectores, entre ellos los que tienen conexiones con intereses empresariales en EEUU o con el aparato del estado y la burocracia que se han beneficiado de las medidas y que exhiben su estilo de vida acomodado que contrasta con la situación general del pueblo trabajador que no ha hecho sino empeorar.
Por otro lado hay un malestar político amplio que expresa el hecho que las decisiones de la dirección del estado y el partido (la misma cosa) no tienen los resultados anunciados, no se explican de manera debida, y sobretodo el hecho de que aunque nominalmente la clase obrera es propietaria de los medios de producción, en realidad no juega ningún papel en la toma de decisiones que se concentra firmemente en manos de una burocracia que no rinde cuentas
más que a sí misma y que no está sujeta a elección.
Un compañero cubano que ejerce de periodista lo describía de esta manera:
El problema no radica, como podría parecer, en el aumento del costo de internet. El verdadero problema es que, en todos estos años, no se ha visto una solución, una medida concreta que beneficie de manera real a las grandes mayorías en Cuba.
Hay que aguantar, resistir y comer dignidad, mientras una nueva burguesía se enriquece a costa del país, empieza a infiltrarse en la política y, con el entusiasmo cómplice de ciertos funcionarios, desmantela las garantías y los derechos conquistados después de 1959. (Neilán Vera, https://www.facebook.com/neilanvera99/posts/pfbid026EQvptdrApCC5JMXXbtAmuYBdNDFtC1emVLk5GD9wmRXYDApZmLT35xo4K4eiMwjl )
Algunos han advertido contra la movilización estudiantil porque está patrocinada o alentada por la gusanera de Miami. No cabe duda de que la contrarrevolución desea pescar en río revuelto. Pero el tarifazo lo aplicó Etecsa. Y además lo hizo de manera opaca y con alevosía. Como decía otro compañero cubano en estos días “A ver, el enemigo siempre moverá sus piezas. El lío está en que los de aquí no saben jugar ajedrez.”
Hasta el momento no hay ninguna señal visible de que la protesta haya sido capitalizada por la contrarrevolución. Pero hay que señalar que la burocracia es también contrarrevolucionaria, porque con sus medidas avanza hacia la restauración capitalista y con su control del poder político a exclusión de la participación del pueblo trabajador crea las condiciones de la desmoralización política, el cinismo y empuja a muchos hacia el otro lado de la trinchera.
El escrito de Neilán Vera citado más arriba terminaba con estas reflexiones que muchos comparten:
No sabríamos decir si esto es la versión criolla de la perestroika, pero el parecido es inquietante. Ojalá nos equivoquemos, y que los ideólogos de las «gratuidades indebidas» sepan lo que hacen. Ojalá nos equivoquemos, porque si estamos en lo cierto, esta vez la Historia no absolverá a nadie: ni a los sepultureros del proyecto socialista cubano ni a quienes, confundidos e inmóviles, vimos cómo el futuro se hacía trizas ante nuestros ojos.
¿Cuál debe ser la actitud de los comunistas revolucionarios en esta situación?
En primer lugar animamos a los estudiantes a continuar su protesta, que es totalmente legítima, y a avanzar en darse espacios de representación genuina para poder conseguir sus justas reivindicaciones: asambleas masivas, elección de representantes que sean sujetos a revocación sino sirven y el control desde abajo de sus organizaciones de masas.
Deberían también avanzar en la extensión de su movimiento a otros sectores de la sociedad también afectados, empezando, como ya está ocurriendo, por el profesorado y el personal de administración y servicios de las universidades, pero continuando por implicar al pueblo trabajador, en los municipios, en los barrios.
En segundo lugar, hay que desarrollar una comprensión general de cómo resolver los problemas graves a los que se enfrenta la revolución cubana. En ese sentido, desde la Internacional Comunista Revolucionaria siempre hemos defendido que estos solamente se pueden resolver en última instancia en dos direcciones que deben ir unidas. Por una parte, romper el bloqueo imperialista y el aislamiento de la revolución cubana, lo cual requiere una política de internacionalismo proletario y de construir la necesaria dirección revolucionaria en todo el mundo. En esta tarea estamos empeñados desde la ICR con nuestras fuerzas que crecen pero que todavía son modestas.
De otra, en Cuba es necesario combatir las fuerzas que empujan hacia la restauración capitalista, y eso solo se puede hacer enfrentando a la burocracia y planteando la necesidad del control obrero. El tipo de estado que necesita un régimen que ha abolido el capitalismo es uno que tenga como modelo la comuna de París: la elección y revocabilidad de todos los cargos que deben rendir cuentas a los que les eligieron; que ningún funcionario gane un salario superior al de un trabajador medio; que los trabajadores participen con poder decisorio en la gestión de todos los asuntos públicos. Es decir, la democracia obrera es la única manera de defender la revolución cubana y combatir de manera eficaz tanto la agresión imperialista como el intento de restauración capitalista.