Los pasados 19 y 20 de noviembre nos reunimos más de 1.700 delegados a nivel nacional para dar comienzo al 1º congreso del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en la Ciudad de México. En esta reunión se resolvió convertirnos en un partido político, dada la bancarrota de los demás partidos de izquierda. Nuestra tarea en el próximo periodo va a ser fundamental: o somos capaces de organizar una herramienta de lucha que se pueda ligar a las amplias capas de la población y dirigirlas a una lucha para transformar nuestra realidad con un programa que invite a la organización y la lucha colectiva, o la historia nos aplastará.
“Los comunistas luchan por alcanzar los objetivos e intereses inmediatos de la clase obrera; pero, al mismo tiempo, defienden también, dentro del movimiento actual, el porvenir de ese movimiento” (Carlos Marx y Federico Engels, Manifiesto del Partido Comunista)
Hace 7 años y la marcha de nuestro pueblo por una transformación
Se podría decir que la conformación del Morena en partido político es la conclusión de poco más de 7 años de lucha por tratar de transformar nuestras condiciones de vida; comenzando por la lucha que emprendimos contra el desafuero en el 2005, con la cual la burguesía nacional y el imperialismo querían dar un golpe de estado anticipado a nuestro compañero Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y cerrarle la posibilidad de que compitiera en las elecciones del 2006.
Después vino todo lo que significaron las históricas y maravillosas movilizaciones del 2006 contra el fraude electoral y el plantón en la Ciudad de México (duró 47 días), que representaron el inicio de un proceso de concienciación colectiva donde nos comenzamos a educar, y nuestro pueblo sacudió las calles dispuesto a luchar; la forma en que respondimos a los diversos ataques del espurio contra nuestro pueblo, particularmente el intento de privatización al petróleo nacional, etc.
En las calles y en la lucha aprendimos a diferenciar quiénes son los que están en nuestro movimiento comprometidos en la lucha, y a dar la espalda a los oportunistas que simplemente se posicionaron con AMLO para recibir de él apoyo para tener diputaciones, senadurías y gubernaturas.
Aprendimos a distinguir entre una base militante, dispuesta a sacrificar tiempo, dinero y esfuerzo para organizar brigadas de organización, información y formación, y toda una banda de oportunistas que simplemente nos acompañaban para ver qué podían ganar.
Así, en las últimas elecciones del 2012 también aprendimos que la oligarquía nacional y el imperialismo no están dispuestos a entregar tan fácil todos sus negocios y su aparato de represión en el cual se han encumbrado por más de un siglo. Para esa burguesía rancia e incapaz de ofrecer mínimamente buenos salarios, empleos para la juventud, educación de calidad, etc. le es imposible dejar que un gobierno con una base organizada, trabajadora y crítica pueda llegar a dirigir este país, que al final es nuestro.
Y la conjunción de estas experiencias fue la necesidad de que Morena se convirtiera en un partido político, en una herramienta firme y decidida a entablar una lucha, no solo en las elecciones, y construir desde la base comités en las fábricas, barrios, escuelas, etc. comités de base que trabajen sobre la formación política de cuadros capaces de organizar, agitar y dirigir una lucha donde sea necesario.
Morena necesariamente ha nacido de lo mejor del Partido de la Revolución Democrática (PRD), de sus bases que han visto con asco las negociaciones cupulares de su dirección, y el servilismo con el que actúan para con los poderosos y explotadores de este país. Todo este proceso anteriormente descrito puso a prueba al PRD y a su dirección, y ahora sus bases los han puesto en su lugar, en el basurero de la historia.
Se ha decidido en este primer congreso nacional abrir un debate interno sobre si Morena se declara anti capitalista; en el cual, no solo los marxistas, hemos apoyado la idea de que seamos claramente anticapitalistas y que luchemos por una sociedad verdaderamente igualitaria, socialista.
La nueva imposición y el mantenimiento de la explotación capitalista
Apoyándose en recursos provenientes del lavado de dinero, de las arcas públicas de los estados gobernados por el Partido de la Revolución Institucional (PRI), de diversos capitalistas, con la utilización de amenazas por parte de grupos armados del narco para impulsar el voto al candidato de la derecha, mercando con la necesidad y el hambre de nuestro pueblo; la oligarquía se ha quedado nuevamente en el poder.
Esa verborrea que sale de los medios de comunicación institucionales que hablan de la alternancia democrática del poder es simplemente basura. Como bien lo ha dicho nuestro compañero AMLO, el PRI sirve a los mismos intereses que el Partido de Acción Nacional (PAN), partidos de la oligarquía, y actúan en consideración a eso.
El regreso del PRI, como partido, al poder implica un gobierno más represivo, provocador y embustero. No son ninguna casualidad los primeros cambios que se han hecho en las estructuras de poder. La intención es activar una centralización del control político y de la represión del Estado en la todopoderosa Secretaría de Gobernación, supeditando todos los aparatos policiales a esta instancia, designando a la vieja escuela cacical priista al frente de esta instancia y reactivando a grupos de choque y provocadores para hacer frente a cualquier tipo de movilización de oposición.
El ejemplo más claro del actuar del próximo gobierno fue en su toma de posesión, el 1 de diciembre, donde se vio una provocación de acuerdo a las viejas tradiciones priistas contra el movimiento de protesta. Esta provocación estaba organizada desde las instancias del grupo entrante para reprimir y dar una lección, como en San Salvador Atenco hace 6 años (cuando el gobierno del Estado de México, encabezado por Peña Nieto, reprimió brutalmente a los campesinos de este pueblo que tiempo atrás habían dado una lucha contra el despojo de sus tierras). En aquella ocasión también se utilizó una provocación para reprimir de forma brutal a nuestros compañeros.
El saldo del 1 de diciembre fue la detención de 70 compañeros y compañeras, de las cuales aún hay 14 que siguen presos, decenas de heridos graves y, particularmente, la lección que quería dar el gobierno: “no voy a permitir que se opongan a mis planes”.
En términos económicos no hay nada de cambios en la política que venía siguiendo el PAN desde el 2000, y que es una continuación de la que comenzó en el periodo de Salinas de Gortari: atacar los derechos laborales y sociales de nuestra clase y terminar de rematar todos los recursos naturales que se puedan.
Incluso antes que se tomara posición el nuevo presidente, el gobierno saliente lanzó un ataque que se le puede considerar la joya de la corona, la reforma a la Ley Federal del Trabajo. Este es un ataque, el más serio y con más repercusiones en los últimos 100 años de lucha de clases en nuestro país. Con él se ha terminado lo poco que se mantenía de las conquistas de la Revolución Mexicana. Esta contrarreforma, por supuesto, fue respaldada por Peña Nieto.
Y este solo es el principio, a unos días de estar en el poder ha llamado a todos los partidos a firmar un Pacto por México y con esto hacer cómplice a todos los partidos (a excepción del Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano, y por supuesto Morena) de su plan de ataques. El primer resultado es una reforma a los artículos de la constitución consagrados a la educación, y que tras la fachada de un supuesto ataque al charrismo sindical, se quieren constitucionalizar todas las reformas regresivas que se han aplicado a la educación desde hace más de 7 años. Particularmente, esta reforma va dedicada contra los derechos laborales de los profesores y contra las secciones democráticas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), la CNTE y el CEND.
En la agenda de la oligarquía y del imperialismo también está el incrementar el IVA al 22% a todos los productos, y gravar con este impuesto los libros, alimentos y medicinas. Esto sería un golpe durísimo a los bolsillos de la clase trabajadora. Este plan se complementa con la privatización del petróleo nacional, PEMEX.
Siendo ésta una de las empresas estatales que ahora aporta más dinero al gobierno para mantener sus gastos, y que al privatizarla éstos se rebajarían drásticamente, es una necesidad el subir los impuestos para que con ellos se pueda mantener a todo el ejército de burócratas y soldados que votan y mantienen sojuzgado a nuestro pueblo. En pocas palabras, sería una transferencia de recursos del pueblo para incrementar la ganancia de los inversionistas nacionales y extranjeros.
La formación del Morena, un avance sobre una derrota
En algunos medios de comunicación se habla de que todas estas finas personas están queriendo impulsar este súper paquetazo antes de terminar el 2013. Es decir, que los ataques van a continuar de forma violenta para frenar cualquier movilización y lucha contra estos planes y por ello afinan sus cuerpos de represión y sus medios de comunicación.
El gobierno priista y la clase dominante en su conjunto se sienten fuertes y están con su moral alta. Han aprovechado el aturdimiento y desánimo que se creó después de que AMLO no llamara a una lucha frontal contra el fraude electoral en las elecciones presidenciales de 2012, por lo menos a un nivel como en 2006. Como podemos recordar, en aquel año todos los poderosos rogaban para que el movimiento regresara a su cauce y vieron su toma de posesión el 1 de diciembre como un triunfo ante las masivas movilizaciones que tuvieron lugar. A diferencia de este año, que fue todo lo contrario. Las pequeñas marchas que salieron, desmoralizaron nuestras fuerzas y envalentonaron a los contrarios. La reforma laboral es el resultado directo de no luchar.
Esto también afectó a Morena. En la asamblea general donde AMLO planteó que el siguiente paso sería el reestructurar nuestro movimiento, mucha gente se marchó desilusionada, muchos querían ir a las calles y enfrentar nuevamente a la oligarquía. Particularmente, este sentido de frustración fue más fuerte en la juventud. Algunos compañeros que participaban en Morena y en el movimiento estudiantil #YoSoy132 prefirieron irse a su casa y dejar pasar el momento.
Incluso entre compañeros que seguimos militando activamente esto causó un sentimiento muy encontrado. Sentíamos que construir Morena era necesario, sin embargo también lo era igualmente dar la lucha. Incluso siendo derrotados, la conformación de nuestro partido se daría en un ambiente mucho más militante, con más espíritu.
Este tipo de errores no se tienen que volver a repetir, el papel de Morena en el siguiente periodo no es el decir a sus bases: “tenemos que esperar a los próximos 6 años para ganar las elecciones presidenciales”. NO, tenemos que luchar en las calles y por medio de esta lucha llegar a donde este sistema electoral no nos lo ha permitido.
Esta es una de las grandes experiencias que nos han dejado los últimos años. A la oligarquía internacional y al imperialismo no les interesa lo más mínimo la democracia, incluso esta pírrica democracia burguesa que nos ofrecen al votar cada 6 años por quien nos explote. Para nosotros, un gobierno verdaderamente democrático es el que obedece a la mayoría del pueblo. Esto no se puede lograr dentro del capitalismo porque la lógica de este sistema es que los intereses de una minoría siempre se pongan por encima de las más amplias capas de la sociedad.
Nuestra lucha por el poder, por el control de nuestros destinos y futuros necesariamente pasa por rebasar los estrechos límites de la democracia burguesa. No decimos que hay que dejar de participar en las elecciones, lo que planteamos es que eso solo sea una parte de la lucha, la otra parte está en las calles, preparándonos para hacernos con el poder por la vía de las movilizaciones, de huelgas generales y de la insurrección de todo el pueblo.
El primer congreso y la intervención de la base
Dado este ambiente antes mencionado, no fue fácil el trabajo desde las secciones electorales el poder convocar a los compañeros a los diferentes congresos. Muchos no querían saber nada de la lucha o simplemente te cuestionaban sobre una idea correcta: “si nosotros habíamos construido Morena para enfrentar un posible fraude, por qué no hicimos nada”.
Este cuestionamiento totalmente justo ha sido la base sobre la cual se han organizado muchos compañeros en diferentes partes del país. La base de Morena es bastante crítica frente a las acciones de su dirección, las posturas con respecto a nuestras tareas son bastante claras y exactas. Es una petición casi unánime no abandonar la lucha en las calles. No permitir que Morena se convierta en una máquina electoral.
Esta fue la tónica del congreso nacional. En cada una de las mesas de trabajo donde se dividieron para abordar el programa, los principios y estatutos fueron los jóvenes, trabajadores y los socialistas los que dieron la batalla por hacer que Morena no sea un PRD más, y donde las bases tengan verdadera posibilidad de controlar a su dirección. En un artículo antes publicado explicamos el ambiente y la tónica de las participaciones:
“Enseguida del discurso se abrieron los trabajos de las mesas de discusión sobre el programa, los principios y los estatutos. Tenemos que decir que fue insuficiente el tiempo que se dio a la discusión. Más de 1.700 compañeros, de los cuales una gran cantidad querían participar, no podrían hacerlo en las escasas dos horas que se dieron. En el caso de los estatutos, la discusión se extendió por más de 3 horas por la intensidad del debate.
“En los diferentes medios se han dicho algunas cosas sobre las enmiendas que se han aprobado a los estatutos. Cabe mencionar que este era el punto más importante e interesante del congreso ya que aquí se vería de forma nítida la correlación de fuerzas que había en el congreso, y creo que esto se dejó claro a pesar de las maniobras que se querían hacer por parte de los encargados de dirigir las mesas de discusión.
“Donde se dio la mayor batalla fue en lo referente a las futuras candidaturas del Morena a puestos de elección popular, esto con la idea de poner candados claros para que no se infiltren oportunistas y burócratas que quieran venir aquí a hacer carrera y brincar de un puesto a otro ganando millones de pesos al año.
“En la segunda mesa de estatutos los compañeros de La Izquierda Socialista, junto a otros compañeros de estados como Guerrero, Xalapa Veracruz, Quintana Roo, DF, etc. dieron una batalla durísima para establecer que el 50% de las dietas que reciban aquellos morenos que tengan algún puesto de representación popular tiene que ser entregado al partido. En el mismo tono se peleó porque se tenga una militancia de base y activa, de por lo menos dos años atrás para que pueda ser candidato a algún puesto.
“En la mesa numero uno también se argumentó por parte del compañero Taibo II la necesidad de que Morena fuera autofinanciado por la militancia, que esto se logre pagando una cuota de un peso diario. Este dinero podría servir para financiar a los compañeros que reciben apoyo para realizar su trabajo, y en el momento en que nuestro partido reciba dinero por parte del Estado, este se debe de utilizar para financiar la formación política de la militancia de Morena.
“También se insistió en la necesidad de organizar a Morena de forma sectorial y no solo distrital. Esto es fundamental ya que si pretendemos ligarnos al movimiento social, e incluso que nuestros cuadros puedan intervenir de forma directa, tenemos que desarrollar trabajo de organización en los barrios, escuelas, fábricas, etc.
“Otro gran triunfo que se logró en estatutos fue el hecho que a partir del siguiente congreso nacional, el Comité Ejecutivo Nacional sea electo por el congreso en pleno y no por el Consejo Nacional. Todas estas iniciativas, y muchas otras que ahora no se comentan, están impulsadas por el espíritu de hacer de Morena una verdadera herramienta de lucha y no un aparato electoral o un club de buenos deseos sentimentales.
“En cada una de las tres mesas de estatutos la discusión fue apasionada, de forma camaraderíl se expusieron las enmiendas y se defendieron de forma clara y sin ningún tipo de intimidación. En el caso de la mesa de principios y programa, fue muy extensa la lista de oradores y por tanto la posibilidad de abordar claramente cada una de las propuestas era imposible.
“Se insistió mucho, fue una de las cosas que más compañeros comentaron, que Morena tenía que ser un partido claramente de izquierda y que no solo se declare progresista. Además, otros compañeros de La Izquierda Socialista insistimos en la necesidad de ser más claros en la definición ideológica y que nos declaremos claramente anti capitalistas y socialistas.
“La nuestra no fue la única propuesta que se hizo en este sentido, y esto es bastante significativo. Tenemos que decir que éramos la única organización socialista que se declaraba abiertamente a favor de una revolución socialista. Lo interesante es que en muchas otras participaciones, principalmente de los diferentes estados de la república, también se insistió en este punto. Los moderadores de esta mesa leyeron en el plenario, y es un acuerdo del congreso, impulsar una campaña de discusión amplia a lo interno de Morena por la definición ideológica y si se declara anticapitalista y socialista. Esto es un punto que daremos seguimiento de forma muy puntual.
“Además de esto se insistió en la necesidad de defender el estado laico, la renacionalización de los sectores fundamentales de la economía para poder lograr una verdadera independencia política y económica, la necesidad de declararnos a favor del cumplimiento de los acuerdos de San Andrés Larrainzar, el manifestarnos totalmente en contra de las agresiones imperialistas de Israel contra el pueblo palestino y en apoyo de los diferentes gobierno de izquierda y progresistas que hay en América Latina, el desconocimiento de la deuda externa, etc.
“Hizo falta tiempo para ser más especifico en la propuestas y que todas ellas se pudieran haber discutido más de fondo; sin embargo, la batalla que estuvo oculta y contenida en todos los congresos distritales y estatales, de la base contra las corrientes de derecha aquí se planteó de forma muy clara y el resultado fue bastante contundente, la base del Morena se manifiesta claramente porque seamos un factor fundamental para el cambio en nuestro país.” (https://www.marxist.com/la-base-marca-la-pauta-en-el-primer-congreso-nacional-de-morena.htm)
Este primer congreso fue una muestra de que desde las bases se puede dar una batalla cuando una dirección se equivoca. Incluso la claridad de los congresistas se hizo ver al inicio, cuando AMLO presentó al embajador de EEUU y al de Cuba, mientras que él quería presentarse imparcial en los asistentes. No hubo duda sobre con quién estamos nosotros, al grito de “Cuba sí, yanquis no” la base dejó claro hacia dónde apunta su ideario.
La democracia interna y el papel de los comités de base
No podemos pasar por alto que hubo errores en la convocatoria y restricción para el tiempo de debate, o por ejemplo de distintos comités territoriales que simplemente no se tomaron en cuenta o incluso fueron bloqueados burocráticamente a la hora de plantear delegados a los congresos distritales. Otro de los errores fue el marginar a muchos compañeros jóvenes que se agruparon en torno a Morenaje, la rama juvenil de Morena.
Esto lo tenemos que ir corrigiendo y solo se va a poder lograr con la participación activa de los jóvenes, trabajadores y amas de casa que son la base fundamental del Morena. Tenemos que construir comités de base y elevar el nivel político de la militancia –estas dos tareas se plantearon como prioridad en el plan de acción nacional.
En el próximo año, al mismo tiempo que luchamos contra los siguientes ataques que prepara el gobierno de la oligarquía, también tendremos que comenzar la reestructuración interna. Se ha hecho un llamado para conformar los comités ejecutivos municipales y, en el caso del Distrito Federal, delegacionales.
Seguramente, aquí existirán intentos por parte de corrientes oportunistas de entrar a Morena y querer hacerse de las secretarías generales y presidenciales con miras a ser los candidatos naturales en las próximas elecciones del 2015. Aquí la base organizada tendrá que jugar un papel para impulsar a verdaderos representantes de la lucha social de nuestro pueblo, activistas honestos y compañeros ideológicamente fuertes que resistan las tentaciones del poder. Pero lo fundamental es que con democracia interna, informes desde la dirección, el derecho a revocación que se consiguió en el congreso y los candados estatutarios, los comités de base hagan uso de su derecho para reclamar verdaderas direcciones de lucha.
Tenemos que orientarnos al trabajo en los barrios, escuelas y fábricas para construir comités fuertes que puedan incidir en la problemática coyuntural y así ganar las direcciones de estos movimientos. Sobre esto podremos aspirar a tener una base firme entre nuestra clase.
Un programa se construye con la experiencia
Aunque es cierto que el programa del Morena es un programa de pequeñas reformas y no se plantea el terminar con la explotación del hombre por el hombre, y termina con la contradicción fundamental de la sociedad capitalista que se desarrolla a partir del capital-trabajo y que ésta es la base sobre la que todos los grupos sectarios argumentan su falta de participación, la formación de este nuevo partido es un paso importantísimo en la lucha de clases en nuestro país.
Lo que no alcanzan a comprender estos detractores es que las leyes históricas son más fuertes que cualquier aparato burocrático. Que en su momento la historia pondrá a prueba el actual programa que Morena plantea, y ni la más viva mente va a poder sostener que la única forma de brindar un cambio profundo a nuestra gente no es reformando al capitalismo sino derrotándolo.
Esto es a lo que se refería Marx cuando decía que un paso al frente en la acción de las masas es más importante que un programa acabado. Ahora mismo hay un ambiente muy crítico entre las bases sobre qué camino tomar, y si está bien que nosotros sigamos manteniéndonos como simples anti neoliberales o luchar porque Morena sea anti capitalista.
Los trabajadores aprenden de su experiencia y tendrán que probar en términos prácticos que las pequeñas reformas en medio de la mayor crisis del capitalismo internacional son imposibles, lejos de esto ahora el capital solo puede ofrecer contrarreformas y bajo estas bases un gobierno de izquierda tendría que plantearse el dilema de seguir bajo el capitalismo o ir al socialismo. En esta lucha, las bases intervendrán para dar su punto de vista y su experiencia, y la que se ha acumulado en los últimos años va a ser fundamental.
Tenemos que insistir porque a Morena se integren los mejores exponentes de la lucha de clases en nuestro país; en este caso, la Organización Política del los Trabajadores y el Pueblo (OPT) que aglutina al Sindicato Mexicano de Electricistas, los sectores democráticos del magisterio como la sección 22 de Oaxaca, la 18 de Michoacán y demás sindicatos participantes, para que se aglutinen como un polo obrero.
De nada sirve ahora que se conformen dos partidos de izquierda. La OPT tiene fuertes sectores obreros, los cuales pueden jugar un papel educativo y clasista a lo interno de Morena, el cual es un organismo más grande a nivel nacional y con una capa de activistas superior. La conjunción de estos dos proyectos fortalecería de forma infinitamente superior nuestra incidencia en la lucha de clases y ayudaría a Morena a ser un portador de estas demandas. El programa podría ser más claro con respecto a nuestros intereses de clase.
La necesidad del socialismo y los socialistas del Morena
Marx y Engels plantean en el Manifiesto Comunista que la tarea de los marxistas no es alejarse de los trabajadores ni formar una organización aparte de la suya:
“¿Qué relación guardan los comunistas con los proletarios en general? Los comunistas no forman un partido aparte, opuesto a los otros partidos obreros.
“No tienen intereses propios que se distingan de los intereses generales del proletariado. No proclaman principios especiales a los que quisieran amoldar el movimiento proletario.
“Los comunistas sólo se distinguen de los demás partidos proletarios en que, por una parte, en las diferentes luchas nacionales de los proletarios, destacan y hacen valer los intereses comunes a todo el proletariado, independientemente de la nacionalidad; y por otra parte, en que, en las diferentes fases de desarrollo por que pasa la lucha entre el proletariado y la burguesía, representan siempre los intereses del movimiento en su conjunto. A la hora de la acción, los comunistas son, pues, el sector más resuelto de los partidos obreros de todos los países, el sector que siempre impulsa adelante a los demás; en el aspecto teórico, tienen sobre el resto del proletariado la ventaja de su clara visión de las condiciones, la marcha y los resultados generales del movimiento proletario.”
Esta es la tarea que los socialista realizamos en Morena. Comprendemos que la mayoría de los compañeros del partido ahora no están bajo la idea de luchar por el socialismo, aún no ven esa necesidad. Pero bajo ese aparente retraso de conciencia hay una certeza de qué es lo que no se quiere, los trabajadores y sus familias no quieren seguir viviendo en medio de esta violencia que amenaza a nuestro país con la barbarie, no quieren salarios raquíticos ni mala educación para sus hijos, no se quiere el desempleo ni la drogadicción.
El gran problema es que todos estos cánceres de la sociedad actual están ligados al sistema capitalista. Para terminar con ellos se tiene que terminar con la base material que les da aliento, con la propiedad privada de los medios de producción. Es cierto que el programa actual de Morena no plantea esta tarea, pero en un momento donde las masas salgan a la lucha la propia experiencia de nuestro pueblo lo planteará y esa es la base sobre la que avanzará una nueva conciencia y un nuevo programa de lucha.
Mientras tanto, trabajaremos construyendo Morena desde los comités de base, con la juventud, ayudando a que nuestros compañeros saquen sus propias conclusiones de nuestra lucha. Como decía Lenin explicar pacientemente a las nuevas generaciones para estar a la altura de las circunstancias históricas de nuestro pueblo.